26 de agosto de 2008

CONFESIONES DE UN MENTIROSO

Si llevas los ojos al verso
me encontrarás sentado frente a ti
en tu lado de la conversación
y con la mano alzada
en dirección a tu pecho.

Ahora levántate y anda,
caminemos juntos
verás que la ciudad nos proclama
como único testigo de nuestras vidas.

Ya estamos solos en la misma piel.

No intentes buscarme
continua leyendo, advierte
que estás articulando mi voz
que yo toco en tu corazón
paisajes dormidos,
cuerpos que no recuerdas
porque esa es mi primera misión
nacer dentro de ti,
conjugar todos tus hechos
en una geografía repleta
de calles y mentiras.

(Fícpolis)

3 comentarios:

ferni dijo...

Saludos coordiales desde la luna. :)
Me ha alegrado mucho saber de ti, aunque sea así, y más aún cuando me he metido en este Sexto día tuyo... Buen lugar para encontrarse contigo antoñito, jeje.
Seguro que nos hará mucho bien a todos los que te leamos. Yo te lo agradezco, de verdad.

Y la pregunta del millón..? El poema es tuyo? Si es así, vete preparando para cervezas y confeti, porque tendremos que brindar por un señor poema.
Lo que me ha gustado!!

En fin, antonio... Espero que estés bien, y vernos pronto.

Un abrazo fuerte, ferni.

Jesús Francisco Chaparro dijo...

Pues sí, calles de una ciudad construida con la ilusión, miradas diferentes bajo una misma piel, discusiones (o paisajes) acabadas en el fondo de un tapón; en fín mentiras, verdades, realidad, ficción, un libro, una careta. (¿una de mackein?)

Quemando las naves dijo...

Aún recuerdo aquel día que me confesaste, entre cigarrillos de a mano y cervezas del Eroski, que empezaste a escribir para echar un polvo, como aquel que con su guitarra ameniza las fiestas adolescentes. Pues sí, buenas piezas cobraste en tu lucha por la vida, por ese útero que te contuviese de nuevo, que te renaciese. Y eso hace aún más grande, si cabe, tu edad adulta como poeta. Eso y que me has ingresado 20 euros por dejarte un comentario. Eso es un amigo, sí señó. Abrazos para Ana y para ti, compañero.
PD.El contenido de este comentario puede ser pura ficción (o no)