18 de septiembre de 2009

NEVER DIES


La noche se abalanza sobre los tejados
en una manada de gatos hambrientos
y en el edificio más alto de la ciudad
él acecha y espera
al cuerpo que le de
la roja fuerza de la vida.

Han dado ya las doce
y siento desde aquí
como sus relojes suenan acompasados
borrando los espejos donde
sombras y muertos juegan
a recordarle su soledad.

Es la condena del amor.
una obligada supervivencia al tiempo
buscando la misma imagen
en todas las fotografías

es el pasado de mis noches.
Sí, yo también he sido un condenado
también llegué a perseguirte
con sus ojos extendidos en el cielo

Míralo reptar por las paredes
seguir el rastro engalanado
de tu olor por la eternidad.

Han dado las doce
tengo que correr
porque la imaginación guarda monstruos
a los que el olvido
nunca podrá llegar.
Es la hora, el cielo
suena por sus ojos de campana
me contempla mientras siento
como lentamente
los lobos me rodean.

(Fícpolis)
 
 
 

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