27 de enero de 2009

EMBRIAGAOS. Charles Baudelaire

Es preciso estar siempre ebrio. Esto es todo: la única cuestión. Para no sentir la horrible carga del tiempo que desgarra vuestros hombros y os inclina sobre la tierra, es preciso embriagarse sin tregua.
Pero ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como os parezca. Pero embriagaos.
Y si alguna vez, en las escaleras de un palacio, en la verde hierba de una zanja, en la triste soledad de vuestro cuarto, os despertáis, disminuida o desparecida ya la embriaguez, preguntadle al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, preguntadle qué hora es, y el viento, la ola, la estrella, el pájaro y el reloj os responderán: “¡Es la hora de embriagarse!” ¡Para no ser martirizados, esclavos del tiempo, embriagaos, embriagaos sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, como os parezca.

1 comentario:

Sole González dijo...

Si hay que elgir yo prefiero embriagarme de amor, que es el mas dulce de los licores, aunque el alcohol es el más fiel amigo del olvido, de lo inconfesable y de lo irracional.

pd:Leiste lo que te mandé al facebook?...aunque sea para una critica voraz